La arquitectura saludable
Para mejorar realmente el bienestar humano y preservar la salud, el diseño del edificio debe buscar en primer lugar la optimización de parámetros objetivos y medibles, como la temperatura, la humedad, la calidad del aire, del agua, el ruido y la iluminación, e ir más allá y tender a enfoques más holísticos que tengan en cuenta el diseño y su influencia en las conductas humanas que mejoran la salud. La arquitectura saludable es una corriente que está siendo adoptada por un número cada vez mayor de estudios de arquitectura, siendo Galöw Arquitectura uno de los pioneros.
Basado en las “Cinco formas de bienestar”que los científicos han establecido recientemente en esta materia, este artículo describe algunas reglas básicas que diseñadores y usuarios pueden seguir para hacer de los edificios espacios de vida más saludable.
El diseño y construcción de nuestro entorno afecta nuestra salud y bienestar, y puede tener implicaciones a largo plazo para la calidad de vida. Uno de los ejemplos más cotidianos se estudia en la publicación“Mejorando la salud, la riqueza y la felicidad” desarrollada por Richard Thaler y Cass Sunstein en 2008, que reveló la fuerte influencia que el contexto puede tener en nuestro comportamiento.
Se puede animar a las personas a tomar mejores decisiones de una manera en gran medida automática, no coercitiva y simple, cambiando lo que Thaler y Sunstein llaman“arquitectura de elección": Las decisiones de diseño arquitectónico pueden facilitar las mejores elecciones o restringir los comportamientos al hacer que ciertas acciones sean más difíciles.
El propósito de este artículo es determinar las posibles implicaciones y oportunidades para el diseño de edificios cuando este tiene como objetivo la consecución de la salud y el bienestar de los usuarios. Se hará hincapié en la presencia del bienestar más que en la ausencia de problemas de salud, evitándose las consideraciones negativas relacionadas con la salud física asociadas a la mala calidad del ambiente interior.
Todo entra por los ojos: efectos de las vistas en la salud
La arquitectura saludable apoya el bienestar mental positivo, que, a su vez, tiene implicaciones para la salud fisiológica. Existe un conjunto establecido de experiencia relacionada con el estudio de la salud física con evidencia cuantitativa cada vez mayor, pero la investigación sobre el bienestar en el entorno construido es un área de investigación relativamente reciente y en gran medida cualitativa que, sin embargo, está comenzando a revelar hallazgos consistentes y ampliamente aceptados. Estos hallazgos se interpretan aquí en términos de diseño arquitectónico.
Cuando hablamos del bienestar en los edificios, es más importante incorporar una amplia gama de consideraciones de salud tanto cuantitativas como cualitativas, en lugar de centrarnos en criterios únicos y estrechamente definidos. Tal pensamiento de silo tiende a no ayudar a un buen diseño (el perfeccionismo puede ser paralizante) y, a menudo, diferentes criterios están en tensión. Un enfoque alternativo es determinar estrategias suficientemente buenas que aumenten la diversidad y la adaptabilidad, y que estén centradas en el usuario. Esto no es para negar los efectos potencialmente crónicos en la salud de la mala calidad del medio ambiente interior en ciertos sectores de la población (es decir, un gran impacto para una población pequeña), sino más bien para equilibrar y complementar esto con estrategias para mejorar el bienestar de la población en general (es decir, una mejora modesta para una gran población).